Una vez realizado un diagnóstico completo de la lesión, se pautará el tratamiento más adecuado para cada paciente. En primer lugar, suele ser recomendable realizar un período de reposo, que se acompañe de la aplicación de frío en la zona. El paciente suele ser pautado con un tratamiento antiinflamatorio, que ayude a aliviar los dolores existentes. En casos de lesiones inflamatorias y musculares de cadera, el tratamiento con fisioterapia puede ofrecer buenos resultados, ya que contribuye al fortalecimiento de la zona y, por tanto, reduce el riesgo de lesiones futuras. En los casos de artrosis avanzada, o roturas y fracturas de cadera, el tratamiento más recurrente es la cirugía. Existen diferentes tipos de cirugía de cadera, siendo uno de los más habituales la implantación de una prótesis realizada con material sintético, que pueda asumir la función de la articulación. En otros casos, se opta por realizar una reparación ósea, mediante la implantación de tornillos y material quirúrgico, que permita a la articulación recuperar la movilidad. Es importante tratar las lesiones de forma correcta y aplicando un tratamiento pautado por un traumatólogo especializado. De esta forma, se evitará la recaída de lesiones, así como, la aparición de nuevas patologías. Es recomendable la realización de ejercicios que ayuden a fortalecer la musculatura de la cadera, así como, evitar prácticas deportivas que supongan un impacto excesivo para la articulación. Como se ha explicado, el tratamiento de las lesiones de cadera es fundamental para evitar la cronificación de patologías. Siguiendo ciertas pautas, se pueden reducir de forma significativa las posibilidades de desarrollar la lesión.