El objetivo primordial del tratamiento de fisioterapia en el esguince de tobillo es evitar la inestabilidad de la articulación para así, no avanzar a daños mayores.
La persona tiene que mantener reposo, para evitar sobrecargas en la rodilla, se pudieran usar muletas durante el tiempo de recuperación.
La aplicación de crioterapia.
Esta provocará una vasoconstricción de la zona lesionada, ayudando a disminuir la inflamación, el dolor y el hematoma.
La utilización de vendajes compresivos, para disminuir los movimientos inestables y controlar la inflamación durante el tiempo de recuperación.
Mantener la pierna elevada, lo que evitará la inflamación y la sobrecarga, también propiciará el retorno venoso.
El uso de las rodilleras será necesario para brindar más estabilidad a la rodilla.
Aplicación de masaje de Cyriax a nivel del ligamento que se encuentre doloroso para evitar fibrosis.
El uso de agentes físicos como la electroanalgesia y el ultrasonido, para disminuir el dolor y la inflamación.
Ejercicio contrarresistencias de las articulaciones adyacentes, como el pie y la cadera.
Realizar actividades aeróbicas con baja intensidad como bicicleta, caminadora, en la elíptica, siempre y cuando el participante no tenga dolor.
Realizar un programa de ejercicios de fortalecimiento tanto analítico como general, de toda la musculatura que rodea y llega a la rodilla, como el cuádriceps y su vasto interno, los isquiotibiales, musculatura glútea, la zona del core.
Realizar estiramiento de la musculatura adyacente y que se insertan en la rodilla: cuádriceps, isquiotibiales, tríceps sural, entre otros.
Trabajar la propiocepción y el equilibrio.
La reincorporación en la práctica deportiva, con ejercicios de reacción, potencia, saltos y giros, en combinación con el gesto deportivo.