Una de las metas principales de nuestro tratamiento es aliviar el dolor. 
El dolor nos protege y si has experimentado dolor por un tiempo, no tiene sentido que desaparezca de inmediato, ya que naturalmente debe disminuir de forma progresiva. 
Mientras te estás recuperando, haz más actividades y ejercicios, ya que las investigaciones nos han mostrado que es una buena forma de ayudar a disminuir el dolor. 
Un día de mayor actividad o carga emocional, puede aumentar el dolor, tensión, adormecimiento u otros síntomas relacionados, pero a la larga debe disminuir mientras continúas tu tratamiento. 
Es importante descubrir esto, pues nos entrega información valiosa respecto a que se puede hacer en el futuro para evitar el aumento del dolor. 
Puede que hayas caminado más de lo habitual, o que hayan ocurrido algunas cosas en el ámbito emocional en casa. 
El ayudarte a ti mismo puede incluir estrategias simples como usar una compresa caliente, una compresa fría, masajes o hasta adquirir un TENS para ayudarte por algunos días. 
Es aceptable que, por esos días sensibles. 
Baja el tiempo de tus caminatas o salidas en bicicleta , y escoge el ejercicio que mas te ayuda, o el que más te gusta. 
Tómate unos minutos y sal del ambiente estresante. 
Si trabajas en una oficina, párate del escritorio, ve al baño, respira profundo o ve a buscar un vaso de agua. 
Si eres dueña de casa: sal de la casa, vaya a la terraza o patio y respire profundo. 
Si tienes un día muy ocupado con actividades planificadas, prioriza y re-organiza tu día. 
Mueve algo al día siguiente, o haz algunas tareas, no todas. 
Lo realmente positivo de este plan de afrontamiento, es que podrás tomar el poder sobre ti mismo cuando tengas un «mal día». 
Si puedes superar un «mal día» ayudándote de esta forma, será un GRAN PASO PARA TU RECUPERACIÓN.