La mayoría de los casos de dolor lumbar no se deben a una enfermedad o trastorno subyacente.
En cambio, surgen debido al uso excesivo de músculos clave o a la debilidad de otros músculos debido a su subutilización.
Si entrenas movimientos como sentadillas y peso muerto con una técnica incorrecta, o arqueas constantemente la zona lumbar mientras trabajas sentado, estás propiciando el dolor lumbar.
Otros factores, como el estrés y los problemas de mantenimiento del peso, también pueden agravar tus problemas.
La clave para evitar todos estos problemas: desarrollar una combinación de movilidad y fuerza en la zona lumbar; y sí, necesitas ambas.
Unos músculos lumbares fuertes son clave para aliviar el dolor de espalda y aliviar la presión sobre la columna.
También necesitas músculos centrales fuertes y equilibrados, y esto es lo que a menudo se pierde al pasar mucho tiempo sentado.
Sentarse demasiado tiempo puede debilitar los extensores espinales y los glúteos; estos son dos grupos musculares esenciales que brindan soporte a la zona lumbar al estar de pie.
Pero fortalecer el core no es la única clave para evitar y aliviar el dolor de espalda.
También necesitas movilidad.
Los músculos lumbares son clave en diversos movimientos, desde flexionar la cintura hasta inclinarse hacia atrás (como en peso muerto) y rotar el torso.
Realizar movimientos cuidadosos y conscientes en estas direcciones puede ayudar a aliviar el dolor lumbar.
La movilidad, que se define ampliamente como la capacidad de mover las articulaciones de forma activa en todo su rango de movimiento, debería ser el punto de partida de cualquier programa de rehabilitación; alivia la tensión y disminuye el dolor.
Concéntrate en tres áreas al realizar esta rehabilitación: la columna torácica, la columna lumbar (o la zona lumbar) y las caderas.
Incorpora estos estiramientos a tu rutina diaria de ejercicios.
Pueden ayudarte a aliviar el dolor lumbar que ya padeces y, si los practicas con regularidad, también pueden ayudarte a prevenirlo.