Los objetivos de la rehabilitación son siempre los mismos: restablecer la movilidad de la rodilla, recuperar el tono y la fuerza muscular que se tenían antes de la lesión que motivó la cirugía y la reincorporación a la actividad habitual. La cirugía para reparar lesiones de rodilla se realiza mediante una artroscopia. En algunos casos se indicará al paciente la movilización casi inmediata de la articulación, mientras que en otros deberá mantenerla casi inmovilizada o utilizar muletas durante algunos días o semanas para evitar cargar el peso sobre ella. Todo depende del tipo de lesión, al igual que el tiempo de recuperación total, la necesidad de seguir un programa de fisioterapia en el hospital o si es suficiente con una serie de recomendaciones que implican, entre outras cosas, la realización de ejercicios en casa. La rehabilitación domiciliaria tras cirugía de rodilla es una opción en la que no es necesario acudir diariamente al fisioterapeuta y la rehabilitación se realiza en casa. Los primeros días hay que ser prudentes, centrándose en el objetivo de recuperar el equilibrio y la coordinación, sin forzar la rodilla. Los ejercicios hay que hacerlos desde el primer día y son básicamente dos: contracción del cuádriceps y elevación de piernas. Una vez que se han dejado las muletas hay que empezar a cargar el peso sobre la rodilla de forma gradual e iniciar ejercicios específicos para movilizar la articulación. Subir y bajar escaleras, con prudencia, será un buen ejercicio para fortalecer la articulación. Lo siguiente es reanudar la actividad normal y, si antes no se hacía ejercicio, aprovechar la oportunidad para empezar a caminar de manera frecuente.