¿Cuál es la técnica de la hormiga?
Javier Piñeiro
2025-10-26 11:37:22
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Las técnicas de relajación permiten calmar la ansiedad y mejorar la forma en la que se enfrenta la vida.
En esta etapa los niños ya no son bebés y lo demostrarán constantemente exigiendo su independencia con frases como “yo solito” o “ya estoy grande”.
Este es un excelente momento para empezar a trabajar la relajación guiada por algún adulto.
Se puede aplicar a cualquier hora del día, como recomendación puede ser justo antes de dormir, cuando ya se haya lavado los dientes y puesto pijama.
Incluso se puede aprovechar el cuento de buenas noches para introducir instrucciones de relajación e imaginación guiada, así el niño dormirá más relajado.
Con estas técnicas conseguiremos que el niño reconozca las sensaciones de tensión y relajación de su cuerpo, así como ayudarlo a poderse relajar en momentos de tensión y antes de ir a dormir.
Pídele que cierre los ojos y que se imagine en un lugar agradable.
Déjale unos segundos para que lo imagine.
Si él/ella quiere puedes pedirle que lo describa para que la imagen sea más real en su cerebro.
Ahora es el momento de empezar a focalizarse en sus sensaciones con frases como: “fíjate en tu brazo derecho y nota cómo sientes un calor agradable” “siente como tu brazo pesa mucho, como si fuera de hierro” “estas relajado y tranquilo”.
Si el niño está receptivo podemos utilizar la metáfora del globo, indicando que a medida que se infla el aire va entrando en su cuerpo y lo va inflando hasta estar completamente lleno.
Y luego, poco a poco, se va desinflando.
Otros ejercicios de tensión-distensión pueden ser: “Imagina que tienes una naranja en la mano y quieres hacer un buen zumo, pero no tienes exprimidor.
Trata de exprimirla con la mano, apretándola con todas tus fuerzas».
«Bien.
El zumo está hecho, ahora relaja la mano y vamos a probar con la otra»”.
Con estos ejercicios permitimos que los niños reconozcan las sensaciones de tensión y de distensión de su cuerpo.
Para que así pueda utilizar estas técnicas que lo ayuden a calmarse y relajarse mental y físicamente.
Si ves que en medio del ejercicio el niño se desconcentra, intenta cambiar el ejercicio.
Si no se soluciona es que no es el momento adecuado.
La relajación, al igual que en los adultos no se aprende de un día para otro, es importante tener paciencia y escuchar al niño para que se vaya habituando.