El proceso de rehabilitación comienza con una evaluación exhaustiva de la lesión en el tobillo. Se analizará: gravedad de la rotura estabilidad de la articulación amplitud de movimiento fuerza muscular. Después de una rotura de tobillo, es común experimentar dolor e inflamación. En esta etapa inicial de la rehabilitación de tobillo, se utilizarán técnicas como la aplicación de frío, terapia manual y dispositivos de compresión para reducir el dolor y la inflamación, lo que facilitará el proceso de recuperación. Una vez controlado el dolor y la inflamación, se iniciarán ejercicios suaves de movilidad para recuperar el rango de movimiento en el tobillo. Estos ejercicios pueden incluir movimientos de flexión, extensión, inversión y eversión del tobillo. La rehabilitación del tobillo también se centra en fortalecer los músculos y tendones que rodean la articulación. Se utilizarán ejercicios específicos, como la realización de ejercicios de resistencia con bandas elásticas, levantamiento de peso o ejercicios de equilibrio, para fortalecer gradualmente los músculos y mejorar la estabilidad del tobillo. Recuperar el equilibrio y la propiocepción es fundamental para restaurar la estabilidad del tobillo. Se realizarán ejercicios que desafíen el equilibrio y promuevan la coordinación, como estar sobre una pierna, realizar ejercicios en superficies inestables o usar plataformas de balance. En esta fase, el enfoque se dirige hacia la recuperación de la funcionalidad completa del tobillo. Se realizarán ejercicios específicos que imiten las actividades diarias y deportivas del paciente, como caminar, correr, saltar y girar. El terapeuta trabajará en la mejora de la biomecánica y la adaptación del tobillo a diferentes movimientos. Una vez que se ha alcanzado la recuperación funcional, es importante tomar medidas para prevenir lesiones futuras. El terapeuta proporcionará recomendaciones sobre ejercicios de fortalecimiento continuo técnicas de calentamiento estiramientos uso adecuado del calzado.