La atrofia muscular es un trastorno en el que se produce el desgaste o la pérdida del tejido muscular. La atrofia fisiológica es la atrofia muscular por inactividad, por la falta de uso de ciertos músculos como consecuencia, por ejemplo, de llevar una vida muy sedentaria. La atrofia patológica puede ser causada por diversas enfermedades o darse en personas de edad avanzada como consecuencia del propio envejecimiento. La atrofia neurogénica se produce por una enfermedad o lesión en los nervios que conectan los músculos. La persona siente que su fuerza va disminuyendo y también su capacidad de movimiento. El tratamiento de la atrofia muscular radica en la necesidad de mantener una estabilidad articular, de proporcionar la información propioceptiva necesaria al sistema nervioso. Los tratamientos aplicados van desde la estimulación eléctrica funcional para estimular los musculos, hasta terapias con aminoácidos con el objetivo de regenerar los tejidos musculares dañados, hasta opciones más drásticas, para los casos más complicados. La terapia ocupacional y la fisioterapia tienen un impacto muy positivo en los pacientes en el proceso de recuperar su movimiento funcional. Podemos resumir los aspectos a cubrir por el tratamiento de la atrofia muscular en: Prevención, Estimulación muscular, Trabajo muscular progresivo, Alimentación adecuada, Implementación de una vida activa en el paciente.