De acuerdo con el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento, cada 11 segundos se presenta un adulto mayor en una sala de emergencias para tratar una lesión ocasionada por una caída. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los índices de muerte por caídas entre los adultos de 65 años o más aumentaron más del 30% entre el 2007 y el 2016. Necesitamos trazar una ruta entre el no pensar nunca en que podríamos caernos y el no tomar ninguna medida preventiva y, por el otro, tener tanto miedo de caernos que dejamos de movilizarnos —lo que, irónicamente, nos hace menos ágiles y por lo tanto más propensos a las caídas—. Como explica Charlotte Yeh, M.D., directora médica de AARP: "son muchas las personas que se vuelven temerosas de caerse, y eso puede hacer que dejen de moverse. Es importante continuar usando la conexión entre el cerebro y el cuerpo". Una parte básica del mantenimiento de ese equilibrio en nuestras vidas es permanecer activos. Practica fuerza y resistencia. Por ejemplo, puedes levantar pesas y hacer Pilates y ejercicios como flexiones de pecho, que desarrollan los músculos. Camina y usa las escaleras, si puedes. Únete a un club de caminatas o crea uno si eso te ayuda a motivarte. Fortalece tus cuádriceps. Una forma de hacerlo es apoyándote contra la pared y deslizándote hacia abajo en una sentadilla; retorna luego a la posición vertical. Repite varias veces. Mejora tu equilibrio. El yoga puede ayudar a los adultos mayores; el entrenamiento en artes marciales, como el taichí, también puede ser útil. Hazte un control periódico de la vista y la audición. La visión borrosa o el deterioro de la audición pueden aumentar grandemente la probabilidad de una caída. Usa el calzado apropiado. Elige un par que no te haga resbalar. Elimina todo lo que podría hacerte tropezar. Inspecciona tu hogar para ver qué podría ocasionarte una caída. El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA) dice que 6 de cada 10 caídas ocurren en el hogar. Por eso es importante usar alfombras antideslizantes (en vez de alfombras sueltas), esconder los cables eléctricos para que no estén en el camino, colocar picaportes en las puertas en vez de manijas redondas y usar barandas y barras de agarre para desplazarte dentro de la casa. Las caídas son una epidemia oculta, pero podemos hacer mucho para evitarlas sin bajar el ritmo. Logremos el equilibrio apropiado con ejercicio y sentido común para mantenernos seguros.