Las lesiones de menisco son comunes en pacientes que han sufrido un traumatismo en la rodilla, especialmente en deportes de alto impacto. Dependiendo del tipo de lesión meniscal se pueden realizar distintas técnicas quirúrgicas: Siempre que sea posible se recomienda reparar el menisco. Existen diferentes técnicas, como son la sutura meniscal, la reinserción meniscal y el trasplante de menisco. La conservación del tejido meniscal ha demostrado conservar y mejorar la función de la rodilla. Este tipo de intervención es especialmente importante para los pacientes jóvenes o deportistas, ya que preserva la estructura meniscal natural. En aquellos casos en los que no es posible reparar el menisco se puede realizar una resección del tejido. Este procedimiento implica la extracción del tejido dañado y, para minimizar el impacto sobre la rodilla, siempre se intenta resecar la menor cantidad de tejido posible. La resección meniscal está indicada en lesiones complejas donde el menisco ha sufrido un daño severo, y su objetivo es reducir el dolor y evitar la progresión de otros problemas articulares.